Por Mané Palhares Filho* FOTO: ALAI AMLATINA
ALAI AMLATINA.- Mientras se acerca el juicio político a la presidenta Dilma Roussef por falsas acusaciones de corrupción, el escenario político brasileño sufrió un cibronazo al acusar altos directivos de la constructora Odebrecht al presidente y al canciller interinos Michel Temer y José Serra, cerebros del golpe parlamentario, de haber recibido sobornos de esa empresa.
Por un lado, el empresario de la construcción Marcos Odebrecht, uno de los acusados presos por el escándalo de corrupción en Petrobras, afirmó en una de sus declaraciones ante la Justicia que el presidente interino de Brasil, Michel Temer, y también el ministro de la Presidencia, Eliseu Padilha, fueron beneficiados por la red de corruptelas relacionada con la petrolera estatal. Por otro lado, otros directivos de la misma empresa, señalaron que la corrupción arrancó en la campaña presidencial de José Serra a la presidencia en 2010.
En una declaración en la que negocia un acuerdo de delación premiada para reducir su condena, el ex presidente de la constructora, Marcos Odebrecht aseveró que se reunió con Temer en 2014 para concretar una “donación” a la campaña presidencial de diez millones de reales (unos 3,1 millones de dólares), de acuerdo con el semanario Veja, revista dedicada hasta ahora a denostar a los expresidentes Lula y Dilma y al Partido de los Trabajadores.
El encuentro se celebró en el Palacio do Jaburu, la residencia oficial del entonces vicepresidente Temer, que asumió el poder el pasado 12 de mayo en sustitución de la presidenta suspendida, Dilma Rousseff (quien deberá afrontar un juicio político en el Senado por supuestas maniobras fiscales en su gestión).
Marcos Odebrecht, que junto a otros 50 ejecutivos de la constructora negocian la delación premiada, apuntó que en la reunión de mayo de 2014 también estuvo Padilha. En esa época, Temer era vicepresidente de la República y presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). El pago del “apoyo financiero”, como fue descrito por Odebrecht, fue realizado entre agosto y septiembre de 2014, antes de las elecciones presidenciales de octubre, que ganó Dilma.
Del dinero entregado, cuatro millones de reales (unos 1,26 millones de dólares) fueron para Padilha y los seis millones de reales (unos 1,89 millones de dólares) restantes para Paulo Skaf, presidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP) y entonces candidato al Gobierno de Sao Paulo, citó Veja.
La Operación Lava Jato, como se conoce el caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, señala que las constructoras sobrevaloraban contratos con la petrolera y el soborno era repartido entre ejecutivos de esas empresas, ex directores de la estatal y una cincuentena de políticos.
Temer, a través de un comunicado, confirmó el encuentro y dijo que se trató del “auxilio financiero” de la constructora a las campañas electorales “de acuerdo con la legislación en vigor”, después declarado al Tribunal Superior Electoral (TSE), que deberá verificar si esa cantidad en cuestión está dentro de la que fue relacionada por el PMDB. Padilha y Skaf, que admitió una donación de 200 mil reales (unos 63.111 dólares) de la petroquímica Braskem –controlada por Odebrecht–, negaron haber recibido auxilios de la constructora.
El millonario y expresidente de la constructora Odebrecht, la empresa de ingeniería y construcción más grande de América Latina, detenido desde junio de 2015, fue condenado a 19 años y cuatro meses por los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación para delinquir. El juez federal Sergio Moro lo declaró culpable por el pago de más de 30 millones de dólares en sobornos a funcionarios de Petrobras a cambio de obtener contratos e influencia.
Se estima que el escándalo de corrupción le costó a Petrobras unos 16 mil millones de dólares, incluyendo unos dos mil que fueron a parar directamente a manos de ejecutivos y empresas corruptas. Las inversiones de Petrobras representan dos por ciento del Producto Interior Bruto de Brasil. Las dificultades por las que atraviesa la compañía afectaron a la economía del país, que lucha para recuperarse de la caída de los precios de las materias primas.
También Serra
Serra, con los alias de Vizinho y Careca
Mientras, en Curitiba, ejecutivos de Odebrecht afirmaron a los investigadores de la Operación Lava Jato de la procuraduría General que la campaña del hoy ministro interino de Relaciones Exteriores, José Serra (PSDB-SP), a la Presidencia en 2010, recibió 23 millones de reales de la empresa constructora, que, corregido por la inflación del período, alcanzaría hoy a los 34,5 millones de reales.
La afirmación hecha en negociaciones bajo acuerdos de delación premiada en la ciudad paranaense de Curitiba, los ejecutivos señalaron que parte del dinero fue entregado en Brasil y otra parte depositado en cuentas en el exterior, reveló un informe de Bela Megale, periodista de Folha de Sao Paulo.
Para comprobar que hubo pagos por medio de la llamada “caja dos” (ilegal) la constructora Odebrecht presentará extractos bancarios de depósitos realizados fuera del país que tuvieron como destinataria final la campaña presidencial de Serra. Según informaciones del Tribunal Superior Electoral, la empresa donó en 2010 2,4 millones de reales para el Comité Financiero Nacional para la Presidencia de Serra (3,6 millones en valores corregidos). De esa manera, la campaña de Serra recibió de Oderbrecht 25,4 millones de reales, de los que 23 millones fueron “por fuera”.
En conversaciones futuras con los procuradores, los ejecutivos también pretenden revelar que el hoy interino canciller era tratado por los alias de “Vizinho” y “Careca” (Pelado) en los documentos de la empresa.
*Mané Palhares Filho, investigador asociado del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico
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