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Roma.- La sequía a lo largo de África oriental ha mermado drásticamente las cosechas y disparado los precios de los cereales y otros alimentos básicos a niveles inusitadamente altos, lo que supone una pesada carga para las familias y una amenaza especialmente para las comunidades pastoriles de la región.
Los precios locales del maíz, sorgo y otros cereales están en niveles récord o casi récord en amplias zonas de Etiopía, Kenya, Somalia, Sudán del Sur, Uganda y la República Unida de Tanzania, según el último Boletín de Seguimiento y Análisis de los Precios Alimentarios (FPMA, por sus siglas en inglés).
Las lluvias insuficientes en la mayoría de las zonas de la subregión han puesto a prueba al ganado y a sus propietarios. Las malas condiciones físicas de los animales, debido a la escasez de pastos y agua, y su sacrificio forzado, hace que coticen a precios más bajos, dejando a los pastores con menos ingresos para comprar alimentos básicos.
«El fuerte aumento de precios está restringiendo severamente el acceso a los alimentos para un gran número de hogares, con consecuencias alarmantes en términos de inseguridad alimentaria», advirtió Mario Zappacosta, economista de la FAO y coordinador del Sistema Mundial de Información y Alerta (SMIA).
La tendencia alcista en África oriental, donde los precios de los cereales -considerados alimentos básicos- se han duplicado en algunos mercados urbanos, contrasta con la estabilidad del Índice de Precios de los Alimentos de la FAO, que mide la variación mensual de los precios de una canasta de productos alimentarios básicos objeto del comercio internacional.
Esta diferencia se debe a la sequía que está golpeando la subregión, donde las existencias de alimentos se encontraban ya agotadas por el intenso fenómeno climático de El Niño, que recién terminó el año pasado.
Las lluvias escasas y erráticas de los últimos meses, cruciales para las temporadas agrícolas locales, están haciendo mella en la producción agrícola, con las cosechas de maíz y sorgo de Somalia estimadas en un 75 por ciento por debajo de su nivel habitual. Alrededor de 6,2 millones de somalís -más de la mitad de la población total del país-, se enfrentan ahora a una inseguridad alimentaria aguda, con la mayoría de las personas más afectadas viviendo en zonas rurales.
Precios en alza
El Boletín del FPMA registra las tendencias de los precios de los alimentos a nivel detallado y local, con especial atención a los casos en que los precios de los alimentos básicos aumentan bruscamente o son anormalmente altos.
En Mogadiscio, los precios del maíz subieron un 23 por ciento en enero, y este aumento fue aún más pronunciado en la principal región productora de maíz del Bajo Shabelle.
En conjunto, en los mercados de las principales ciudades del centro y sur de Somalia los precios de los cereales secundarios se duplicaron en enero con respecto al año anterior. Al preverse que se agoten las existencias de los hogares antes de lo habitual en la temporada de carestía que viene y con previsiones meteorológicas preliminares que generan inquietud ante el rendimiento de la próxima temporada de lluvias, es probable que los precios aumenten en los próximos meses.
Los precios del maíz en Arusha, en la República Unida de Tanzania, casi se han duplicado desde principios de 2016, mientras que son un 25 por ciento más altos que hace 12 meses en la mayor ciudad del país, Dar Es Salaam.
En Sudán del Sur, los precios de los alimentos están ahora entre dos y cuatro veces por encima de sus niveles de un año antes, empujados por la inseguridad y la fuerte depreciación de la moneda local.
En Kenya, donde las llanuras orientales y costeras -y algunas zonas occidentales del valle del Rift- padecieron lluvias por debajo de la media, los precios del maíz aumentaron alrededor del 30 por ciento.
Los precios de los cereales no son los únicos que suben. Los frijoles cuestan ahora un 40 por ciento más en Kenya que hace un año, y en Uganda -donde los precios del maíz son un 75 por ciento más altos que un año antes y están subiendo en la ciudad comercial fronteriza de Busia-, los precios de los frijoles y la harina de yuca son casi un 25 por ciento más elevados que hace un año en la capital, Kampala.
Doble amenaza para los pastores
Las zonas de pastoreo afectadas por la sequía en la región, se enfrentan a condiciones aún más duras.
En Somalia, los precios de las cabras son hasta un 60 por ciento más bajos que hace un año, mientras que en las zonas de pastoreo de Kenya disminuyeron hasta un 30 por ciento en los últimos doce meses.
La escasez de pastos y agua provocó mortandad en los animales y redujo su masa corporal, lo que llevó a los pastores a venderlos mientras pudieron, al igual que ocurre en el sur de Etiopía, afectado por la sequía. Esto a su vez dispara los precios de la leche, que ha subido, por ejemplo, un 40 por ciento en un año en la región de Gedo, en Somalia.
La reducción de ingresos obtenidos del ganado contrasta con los precios más altos de los cereales y otros alimentos básicos, lo que representa un golpe devastador para los intercambios comerciales de las familias pastoriles. Una cabra de tamaño medio en el mercado somalí de Buale equivalía a 114 kg de maíz en enero de 2016, pero a los precios de hoy se puede cambiar por sólo 30 kg de cereal.
La FAO utiliza su propia herramienta del FPMA, accesible públicamente en internet, para monitorear los mercados locales y recolectar datos de más de 1,350 series de precios internos en 91 países del mundo, lo que le permite elaborar su Indicador de Anomalías de Precios de los alimentos.