Zika, el elefante en la habitación

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Tal y como viene denunciando, entre otros, el investigador Jon Rappoport en sus últimos artículos, el virus Zika está siendo utilizado posiblemente como tapadera para ocultar los daños causados por los gigantes corporativos de la agroindustria, que están provocando una oleada de casos de microcefalia en determinadas zonas del Brasil.

El Zika, del cual se conoce la existencia desde hace décadas, se convertiría así en la tapadera perfecta para evitar afrontar las carísimas responsabilidades derivadas de los daños causados por el consumo monstruoso de pesticidas altamente tóxicos en Brasil.

Hablamos de ello en el anterior artículo titulado Virus Zika: ¿otra estafa gigantesca?, del que recomendamos su lectura previa.

Y ampliamos la información sobre lo que probablemente se avecina en el artículo El engaño del zika: las 5 cosas que pasarán a continuación. En otro artículo se presentaba una sospecha sobre lo que podría ocultar la manipulación del Zika: Zika: ¿una herramienta para reducir la población?

En su tercer artículo sobre el Zika, Rappoport centraba su atención sobre uno de los potenciales causantes de los numerosos casos de niños nacidos con daños cerebrales y microcefalia en Brasil.

Y es que resulta que otro de los potenciales causantes de estos daños, son los mosquitos genéticamente modificados que ya fueron liberados en Brasil en 2012, con el objetivo de diezmar la población de mosquitos que transmiten el dengue, el Zika, la fiebre amarilla y el chikungunya.

Los mismos mosquitos genéticamente modificados con los que ahora nos dicen que quieren “solucionar el problema”.

Tal y como nos cuentan en RT: “Ya desde el primer momento surgieron preocupaciones sobre la liberación de estos mosquitos modificados genéticamente sin haber realizado más estudios sobre posibles efectos secundarios”.

“Es un enfoque muy experimental que aún no ha tenido éxito y puede causar más daño que bien”, advirtió en 2012 la doctora Helen Wallace, directora del instituto GeneWatch, en declaraciones a The Guardian.

Dra. Helen Wallace

Los primeros casos de Zika en humanos fueron documentados en Brasil el pasado mes de mayo, estimando que al día de hoy 1.5 millones de personas estarían infectadas. Los críticos con la empresa Oxitec, productora de estos mosquitos genéticamente modificados, recuerdan que la zona en la que fueron liberados los Mosquitos Transgénicos OX513A es la misma donde se inició la propagación del virus.

Y es, de hecho, la misma zona del Brasil (Juazeiro), donde ahora se reportan la mayoría de los defectos de nacimiento.

Desde el inicio del brote, se han registrado en Brasil más de 4,000 casos de bebés que nacen con microcefalia desde octubre pasado.

Todo esto debería ser considerado una pista crucial para los científicos y debería haber sido lo primero que hubieran indicado los medios de comunicación, en lugar de contribuir a la paranoia hacia un virus, el zika, del que no existe ninguna prueba científica que provoque microcefalia.

Pero hablemos por un momento de la compañía Oxitec, que liberó esos mosquitos transgénicos.

Para empezar, cabe destacar que Oxitec, dispone de ayudas de Bill Gates para realizar sus experimentos, algo que para la gente debidamente informada sobre las auténticas intenciones eugenistas de Bill Gates, es una muy mala señal. Oxitec es propiedad de Intrexon, que es propiedad del multimillonario Randal J Kirk.

Intrexon está desarrollando tecnología que utiliza la biología sintética, o la ingeniería biológica, para realizar “avances” en múltiples campos, desde productos farmacéuticos a plantas y animales modificados genéticamente. La compañía tiene acuerdos de desarrollo con AquaBounty, que a su vez produce salmón modificado genéticamente.

Recordemos que la polémica principal que rodea a la producción de plantas y animales modificados genéticamente es que no existe ningún estudio independiente riguroso que garantice que son seguros para el consumo y que no tendrán efectos negativos para el medio ambiente.

Tal y como indica Jon Rappoport, Intrexon tiene al famoso Dr. Sam Broder como Vicepresidente del Sector Salud.

Durante seis años, Broder fue el Director del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU donde fue una pieza clave para el impulso del medicamento contra el SIDA, el AZT. Este medicamento que inicialmente había fallado en los tratamientos de quimioterapia, fue tomado de nuevo y se sometió a un ensayo clínico plagado de escándalos, lo que dio lugar a su aprobación por parte de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU).

Según sostiene Rappoport, el AZT es extremadamente tóxico. Evita que las células humanas se repliquen y suprime el sistema inmunológico, es decir, el mismo sistema que se supone que el SIDA está atacando.

El 28 de noviembre de 2011, Intrexon dio la bienvenida a dos nuevos ejecutivos a la junta directiva de la empresa: Robert B. Shapiro y Jeffrey B. Kindler.

Shapiro era el ex director general de Monsanto y NutraSweet (fabricante del polémico aspartamo, un edulcorante altamente tóxico contenido en gran cantidad de refrescos).

Por su parte, Kindler era el ex director general del gigante farmacéutico Pfizer y vicepresidente ejecutivo y asesor general de McDonald’s.

Es decir, personas “de toda confianza en el campo de la salud pública”, relacionadas nada más y nada menos que:

-Con la comercialización del herbicida cancerígeno Roundup de Monsanto.

-El Aspartamo tóxico, que causa obesidad, síndrome metabólico y cáncer.

-El anti-inflamatorio Bextra (valdecoxib), relacionado con graves reacciones alérgicas y ataques al corazón en los pacientes y que provocó que Pfizer tuviera que pagar una multa de 2,300 millones de dólares por conducta criminal al comercializarlo.

Y por supuesto:

-La comida basura de McDonald’s, que tanto daño ha provocado a la salud de varias generaciones.

Estas personas, con un “currículum tan destacado” fueron las encargadas de dirigir la empresa Oxitec cuando se liberaron los mosquitos modificados genéticamente para combatir el Dengue.

En un artículo publicado en Activist Post, Claire Bernish desvela una poco conocida conexión de los mosquitos con los antibióticos usados en la industria ganadera.

Recordemos que la hipótesis científica que justifica el uso de mosquitos genéticamente modificados, establece que el mosquito transgénico macho inseminará a las hembras naturales, pero no proliferará ninguna generación real de mosquitos más allá de la etapa larval, debido a los genes modificados.

Pero según afirma Claire Bernish en su artículo: “De acuerdo con un documento no clasificado de la Comisión de Dirección de Comercio y Agricultura de Brasil con fecha de febrero de 2015, Brasil es el tercer mayor consumidor de tetraciclina, un antibiótico que se suministra a los animales a través de la comida.

Como un estudio de la Sociedad Americana de Agronomía, explica: “Se estima que aproximadamente 75% de los antibióticos no son absorbidos por los animales y se excretan en los residuos”.

Uno de los antibióticos específicamente nombrados en ese informe por su persistencia en el medio ambiente es precisamente la tetraciclina, que se puede encontrar en los suelos, las aguas superficiales y algunos alimentos.

¿Y cuál es el efecto final?

Un documento confidencial interno de la propia compañía Oxitec divulgado en 2012 nos lo aclara: Oxitec reconoce que hasta 15% de las larvas podrían sobrevivir.

¿A qué conclusión lleva todo esto?

Pues que tenemos unos mosquitos genéticamente modificados liberados al medio ambiente, que se supone que deben extinguirse por sí solos, pero que en realidad, y debido a la contaminación de comida y agua, provocada por el antibiótico tetraciclina, podrían sobrevivir en su etapa larvaria, provocando el nacimiento de generaciones de mosquitos descendientes de mosquitos normales y mosquitos genéticamente modificados. Mosquitos, que por cierto, son vectores no solo del Dengue, sino también del Zika.

¿Alguien ha estudiado qué efectos sobre la salud humana puede tener la picadura de uno de esos mosquitos híbridos de reciente creación?

La respuesta es clara y contundente: un no rotundo.

Bien, si tenemos en cuenta que la epidemia de casos de microcefalia se producen precisamente en la misma zona de Brasil donde fueron liberados estos mosquitos, hallamos una posible relación causa-efecto que nadie parece dispuesto a tomar en cuenta.

¿Podrían ser los propios mosquitos genéticamente modificados liberados por Oxitec con el apoyo de las autoridades brasileñas, los causantes de estos terribles efectos y del propio estallido de casos de Zika?

¿El propio virus Zika está siendo utilizado como tapadera para ocultar las auténticas causas de la epidemia de casos de microcefalia entre recién nacidos?

Lo que está claro es que no existe ni una sola evidencia científica que relacione el Virus Zika con los 4,000 casos de Microcefalia aparecidos en Brasil desde octubre. Ni una sola.

Tampoco hay nada que justifique que después de 60 años de conocimiento de la existencia del virus Zika, de repente se produzca tal estallido epidémico y aparezcan efectos hasta ahora desconocidos y nunca reportados con anterioridad.

La única diferencia entre ahora y décadas atrás, es la evidente coincidencia temporal y física entre la aparición de estos casos de microcefalia y el consumo récord de pesticidas altamente tóxicos en Brasil de estos últimos, la aplicación de la vacuna Tdap en mujeres embarazadas en Brasil (iniciada en 2014 en contra de las advertencias de los propios fabricantes) y la liberación de los mosquitos genéticamente modificados de la empresa Oxitec y la más que probable creación de mosquitos híbridos cuyo efecto sobre el medio ambiente y la salud humana es absolutamente desconocida.

¿Por qué ante tales evidencias los medios de comunicación siguen repitiendo obedientemente la disparatada versión oficial de la OMS que no se basa en ninguna evidencia científica y eluden hablar de estos indicios tan evidentes?

¿Dónde están los periodistas, esas personas que pasan 4 años estudiando en una facultad y que se supone que deben comunicar la verdad sobre los hechos a la población?

¿Cómo es posible que ninguno de ellos vea el elefante en la habitación?

Lo que sí está claro, es que si se demostrara que la epidemia de casos de microcefalia se debe a los pesticidas, a las vacunas o a los mosquitos genéticamente modificados, grandes compañías deberían afrontar indemnizaciones y multas multimillonarias.

Sin embargo, si se le echa la culpa a un virus (que llevaba tiempo ahí y al que nadie hacia caso por tener una incidencia menor), las grandes compañías pueden seguir adelante con su negocio e incluso ampliarlo, aportando presuntas soluciones a la epidemia, en forma de vacunas y de liberación de más mosquitos genéticamente modificados, siempre con el apoyo de esa entidad mafiosa al servicio de los grandes poderes económicos llamada OMS.

Y no es solo una cuestión de negocio y de ganancia de indecentes cantidades de dinero.

Estamos también ante una gran maniobra de manipulación social a gran escala. Se están sentando las bases del mundo del futuro, una dictadura tecnocrática en la que todos estaremos sometidos a los designios de los nuevos sacerdotes, que ya no vestirán túnicas, sino batas blancas y a los cuales deberemos obedecer ciegamente por ser los portadores de la “verdad absoluta más indiscutible”.

El sacerdocio del Nuevo Orden Mundial. Ellos serán la cara más visible del poder y la autoridad en el nuevo régimen y dictarán el futuro de las poblaciones y de los individuos.

Estos neo-sacerdotes adquirirán múltiples formas: serán médicos, físicos, químicos, biólogos o economistas.

Cuando ellos decreten “epidemia” todo el mundo deberá vacunarse, cuando ellos decreten que algo es “enfermedad” todo el mundo deberá tomar medicamentos contra ello, cuando ellos decreten “crisis” todo el mundo deberá ajustarse el cinturón y dejar de consumir o aumentar el consumo, según convenga.

Ahora nos están acostumbrando a obedecerlos, año tras año, mediante mil y una campañas de terror infundado que los presenta como la única estirpe salvadora que nos separa del desastre o incluso del apocalipsis.

¿Alguien se ha fijado que desde hace unos años hacia aquí, cada temporada aparece una nueva enfermedad de moda con capacidad para convertirse en “epidemia global”?

La gripe aviar, el SARS, la gripe A, la gripe porcina, el MERS, las Superbacterias, el Ébola y ahora el Zika.

No solamente se está utilizando el virus Zika como más que posible tapadera para ocultar efectos indeseados provocados por grandes compañías (si es que no ha sido provocado de forma voluntaria), sino que todo forma parte, además, de una agenda a largo plazo.

¿Alguien está dispuesto a ver el elefante en la habitación?

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Fuentes: https://jonrappoport.wordpress.com/2016/01/30/zika-genetically-engineered-mosquitoes-causing-smaller-heads/

http://deliriousheterotopias.blogspot.de/2016/01/zika-mentiras-y-cintas-de-video.html

http://www.globalresearch.ca/genetically-modified-mosquitoes-released-in-brazil-in-2015-linked-to-the-current-zika-epidemic/5504505

http://www.globalresearch.ca/zika-outbreak-epicenter-in-same-area-where-gm-mosquitoes-were-released-in-2015/5504486

http://www.activistpost.com/2016/01/zika-outbreak-epicenter-in-same-area-where-gm-mosquitoes-were-released-in-2015.html

https://actualidad.rt.com/actualidad/198326-mosquito-modificado-geneticamente-seria-causa

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