No podemos hacer programas que se realizan al ojo por ciento. Nos hace falta tener información precisa de lo que se ha hecho y de lo que está por hacerse. Tenemos un rezago de diez años en esto
Por Juan Danell Sánchez
Pese a ser la leche uno de los tres alimentos más importantes para el sano y mejor desarrollo humano, y a existir condiciones propicias para su producción suficiente en cantidad y calidad; en México existe un déficit histórico que oscila entre 30 y 40 por ciento, debido a la falta de políticas públicas dirigidas a subsanar la problemática de este sector que, dicho sea de paso, tiene en jaque permanente a los productores.
Sobre el tema se entrevistó al Vocal de la Comisión Ejecutiva Bovinos Leche, Salvador Álvarez Morán, médico veterinario zootecnista de profesión y, también, dirigente de los lecheros a nivel nacional.
¿Por qué no se ha podido superar el déficit histórico en la producción de leche en México?
Tradicionalmente, desde que alguna gente le llama el boom mexicano, de los años 60, 70, en que empezamos a cambiar nuestra estructura social hacia las ciudades, había más consumo; se tuvo que recurrir a la importación de leche para solventarlo.
“Tradicionalmente la producción de leche en México no ha crecido de una manera que avance en el tema de sustituir importaciones y siempre ha estado esa postura que mencionabas, que son de 70%-30% (70 producción, 30 importación) más o menos en el esquema de producción.
“Y esto se ha convertido en un esquema de trabajo, desde la protección nacional a los productores con cupos de importación, hasta la liberación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, en el 94, y luego esos 15 años que siguieron de una desgravación parcial, y poco a poco controlando los cupos de importación de los americanos, pero no ha variado: hemos andado por lo mucho en el 80-20 y 75-25, y andamos, de los 14,000 millones de litros que necesita el país como consumo aparente, en producir 11,100 millones de litros.
“Es, yo creo, que nos ha faltado alguna certeza en la política del gobierno. Porque si el productor tuviera una certeza a largo plazo de compra, y sobre todo de comercialización; pues haría inversión. Las inversiones necesarias para crecer en poco tiempo y podríamos llegar a la autosuficiencia.
“En un mundo tan globalizado yo no sé si todos los países tendrán la certeza de ser autosuficientes en algún producto. Creo que se están aprovechando los temas de oportunidad y de condiciones ecológicas para hacerlo, y así lo han demostrado algunos países que son jugadores importantes en la producción de leche. Es el caso de Nueva Zelanda. Su actividad económica gira alrededor del campo, de la leche, de la carne de ovino y la lana, y lo ha hecho en su entorno ecológico, en su entorno natural, que les da una ventaja sobre los demás”.
“Nosotros tenemos muy diversas condiciones de producción de leche. En el país hay productores muy integrados y muy eficientes que compiten con los mejores países lecheros; hay medianos de calidad, que les falta un poco para integrarse, para ser más eficiente, y ahí estaría la zona de trabajo, en ellos; y productores de doble propósito en las áreas tropicales, que en el futuro ahí estaría la producción de leche.
“No sé si sería una utopía pensar en la autosuficiencia de leche, porque el mundo se ha convertido en una aldea global y todos dependemos de todos, necesitaríamos una política pública de apoyo a la actividad, como una reconsideración social a la gente que tiene esa vocación y que tiene unas condiciones de producción muy especiales, pero que cumple una función importantísima de arraigo, de generación de empleos y de movimiento de la propia economía de sus regiones, me refiero al caso de Jalisco y Chihuahua, algo de Veracruz.
“En regiones de Jalisco la producción de leche, la economía casi depende de esto y la insipiente industrialización, o algún tipo de otras fuentes de empleo son muy escasas. Y ahí genera empleos, insumos. Hay mucha gente que vive en torno de los lecheros. A la larga, tienen mucha probabilidad esas producciones, que son familiares; pero son una membrana muy sensible de la actividad social de muchas regiones del país.
¿No sería más abarato para el país apoyar a esos segmentos de productores de leche, que seguir importando leche, sobre todo si hacemos un recuento de los últimos 20 años?
- No necesariamente.
¿Por qué?
- Porque los desajustes en los precios, y nos hemos convertido en un país netamente importador, en estos tiempos en que los precios están a la baja es más barato traer leche del extranjero. Eso es lo que nos perjudica.
“Más barato, aparentemente, porque lo que hacemos es ayudarle a los países que ofertan esa leche, porque hay una sobreoferta, porque el mercado de China se sobresaturó, porque Rusia está dejando de comprarles a los países europeos por sus problemas internos les hicieron un boicot y dice “ahora ya no les compró nada de lácteos”.
“Entonces hay una sobreoferta en el mundo que viene a perjudicar al productor nacional. Entonces si el gobierno, en este libre mercado en el que estamos imbuidos desde el Telecan, triangula por ahí, pues entra leche en condiciones muy atractivas para el industrial.
¿Cuál es la diferencia del precio?
- Brutal. Si estamos hablando de leche a 1,800 dólares la tonelada, quiere decir que andaríamos con un costo de 3.00, 3.20 pesos el litro. Qué estamos haciendo en ese sentido: estamos ayudándoles a otros gobiernos a que mantengan su mercado interno, comprando sus excedentes, que para ellos son excedentes.
“Y bueno estamos trabajando en la propia Comisión para buscar alguna defensa como dumpin, de establecer junto con el gobierno Federal algunas acciones, que aunque no con tanta celeridad o con tanta puntualidad veamos el dumpin.
“El dumpin es una herramienta muy difícil, debemos demostrar el daño con facturas, de que esa leche viene debajo de los costos de producción; entonces ese es un trabajo muy tortuoso que a la larga se va a tardar muchos años. Lo que sucede es que si propiciamos esta importación estamos ayudando al gobierno y perjudicando al productor. Eso es lo que queremos que se regule.
“Que las importaciones vengan a complementar lo que el productor hace, pero que no vengan a sustituirlo.
¿Ahí hay dos grandes perdedores, lo productores por la afectación a la actividad y el país, porque se está comprometiendo el futuro nacional, debido a que la población está mal alimentada?
- Y el país está, como sucedió con el maíz hace algunos años, a expensas del mercado mundial y de la oferta y la demanda; y al rato vamos a andar con que no hay suficiente leche en el mundo para comprar y va a valer 10,000 dólares la tonelada y no vamos a tener un esquema de productores que la pueda producir, porque no los creamos; y es una trampa.
¿Catastrófica para todos?
- Por eso estamos considerando al proponer una política de Estado.
¿En cuántos años se podrá ver esto con mayor claridad?
- Nosotros estamos proponiéndosela al Ejecutivo. Yo creo que esto va a ser mucho de la voluntad política de la gente que está en el gobierno, pero es el momento de hacerlo.
¿Y en esto, cómo influye la participación de los tres niveles de gobierno?
- Desde luego hace falta que sea integral la participación. Aunque hay en algunas regiones del país, por intereses, sobre todo el reconocimiento a la actividad, que lo más que hemos logrado es que se conviertan en aliados de los productores en caso de una problemática tanto a nivel municipal como estatal, incluso en algunos estados han destinado recursos para que la actividad comercial no decaiga.
“Pero no hay un esfuerzo combinado de los tres niveles de gobierno”.
¿Hace falta, todavía, trabajo ahí?
- Sí.
¿Dónde está el hueco, de qué depende: de que se fortalezca el federalismo o es una deficiencia de los propios productores?
- Yo creo que de las dos.
¿Dónde habría que empujar más?
- En los dos sentidos. Uno, en proponer la política pública y proponer esquemas de trabajo juntos con la autoridad, para lograrlo.
La ONU se pronunció por el desarrollo sostenido, ¿en México se carece de esto?
- Ahí nos hace falta mucho trabajo. Ese es un enfoque al que no estamos acostumbrados y que tenemos que tocar. Tenemos que hacer esquemas de todo, de todo lo que conlleva sostenibilidad, mejora ambiental, desde mejorar la calidad de vida de la gente. Ahí nos falta mucho trabajo.
“No podemos hacer programas que se realizan al ojo por ciento. Nos hace falta tener información precisa de lo que se ha hecho y de lo que está por hacerse. Tenemos un rezago de diez años en esto”, concluye el dirigente de los productores de leche que espera para éste 2016 mejores condiciones: propósitos de año nuevo.