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Bajo el lema “La mejor política pública se hace dialogando”, los Grupos de Diálogo Rural han logrado incidir en políticas públicas en distintas escalas en los países en los que se desarrollan, aportando no sólo con una exitosa metodología, sino con una nueva forma de elaborar, planificar y ejecutar programas que permitan una mejor calidad de vida en los territorios latinoamericanos.
Lo anterior quedó de manifiesto durante el Seminario “Impactos a Gran Escala” organizado por Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) congregó a 77 actores de diversas áreas y sectores para intercambiar conocimientos y experiencias sobre los resultados de estos seis años de trabajo de los Grupos de Diálogo Rural en Colombia, Ecuador, México y El Salvador.
“Han sido dos días intensos y muy productivos de convivencia y diálogo con los que profundizamos nuestra convicción en la necesidad de avanzar en una nueva generación de políticas públicas, que se hagan cargo de la creciente complejidad de los problemas sociales de América Latina. Es un privilegio contar con la presencia de este nivel de autoridades y especialistas y por supuesto, contar con el apoyo de nuestros socios de FIDA con los que no podría ser posible este proyecto” señaló Ignacia Fernández, Directora Ejecutiva de Rimisp.
Los participantes tuvieron la oportunidad de escuchar dos ponencias magistrales a cargo de connotados expertos en temas de desarrollo rural en América Latina como José Antonio Ocampo, Director de la Misión para la Transformación del Campo de Colombia y Carolina Trivelli, ex Ministra de Desarrollo e Inclusión Social de Perú, sobre los desafíos y perspectivas en el área y la contribución del diálogo de políticas a las políticas para el desarrollo.
Según José Antonio Ocampo el principal desafío está en generar oportunidades económicas para los habitantes pobres del campo. “Hemos sido exitosos en darles servicios sociales más que en darles oportunidades económicas. Es importante crear entidades del Estado y de las organizaciones sociales, como, por ejemplo, cooperativas que ayuden a avanzar económicamente a los habitantes”, puntualizó Ocampo.
Por su parte, Carolina Trivelli, destacó la importancia del diálogo para intercambiar capacidades entre los distintos actores que formulan las políticas públicas. “En algunos países como los nuestros, la burocracia no permite que se diseñen de manera conjunta. El diálogo permite que la toma de decisiones dependa de diversos actores, de un intercambio de capacidades, y promueve la transparencia y un mínimo control social. Esa combinación es lo que hace un proceso diálogo en el diseño de las políticas públicas” afirmó la exministra.
El intercambio de experiencias y aprendizajes durante el seminario fue posible gracias al desarrollo del paneles y mesas de trabajo sobre los nuevos enfoques del desarrollo rural, el rol de los grupos vulnerables y la participación de las organizaciones sociales.
Carol Chehab, Subsecretaria de Comercialización del Ministerio de Agricultura de Ecuador rescató la importancia del Seminario afirmando que “la importancia de insistir en un desarrollo rural con enfoque territorial, así como la articulación entre las políticas sociales y las políticas productivas, y llevar a la práctica a política pública, porque ese es el verdadero reto. Las experiencias de en este aspecto han sido de gran importancia en el seminario”.
Durante el seminario fue destacado el aporte del Grupo de Diálogo Rural de Colombia respecto al primer punto de los acuerdos de paz firmados recientemente en país, el cual promueve una reforma rural integral. Igualmente se destacaron las experiencias relacionadas las políticas que vinculan la protección ambiental con el desarrollo agrícola, generando opciones sustentables de los sistemas productivos dentro de la agenda de políticas vinculadas al desarrollo rural y territorial.
En Ecuador sobre la importancia que el diálogo entre las cadenas productivas que ha logrado duplicar la productividad de maíz y arroz, ubicando a Ecuador como uno de los líderes en semillas en América Latina gracias al Plan Semilla propuesto por el GDR. Por su parte, la principal contribución del Grupo México estuvo en el ámbito de la inclusión socio-productiva. Trabajó junto al gobierno en el diseño del Programa Territorios Productivos (PTP), actualmente implementado por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y que beneficia a 2 millones de personas en 17 territorios de 5 estados mexicanos.