Otra en la que vamos lento

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Planeteando

Por: Francisco Vázquez Salazar ⁄ FOTO: SOStenible

Pilas, focos ahorradores, termómetros, activos químicos para destapar caños o limpiar inodoros, maquillajes, tintes para el cabello, medicamentos, jeringas y material para curación son algunos de los artículos que están al alcance del hogar, que nos facilitan la vida y que, sin embargo, representan… residuos peligrosos.

La modernidad entraña la depredación. La comodidad se vuelve contra nosotros en el filo de un despeñadero. Lo suntuoso nos cobra facturas caras, en un claro de ejemplo de que a toda acción sucede una reacción.

Ahora recuerdo a un buen amigo que una vez escribió algo así como: “Soy feliz, soy básico, vivo con lo básico, ni más ni menos”. Se trata de un postulado que no cabe en el estatus en el que nos encontramos ahora, con grandes plazas comerciales ocupando las principales avenidas y ciudadanos que han optado por “pasear” en ellas, olvidándose de la opción de convivir en parques y centros culturales.

Todo esto viene a cuento porque en nuestro país es aún incipiente el manejo de residuos peligrosos, lo que conlleva riesgos permanentes para el agua y el suelo.

De acuerdo con un artículo de la Gaceta UNAM, firmado por la periodista Laura Romero, cada mexicano genera 3.58 kilogramos de residuos domésticos peligrosos al año.

Entrevistado por la reportera, el especialista en Ingeniería Ambiental, Constantino Gutiérrez, explicó que en los residuos de envases de uso común en la casa, como los de desinfectantes o limpiadores se encuentran sustancias que están hechas a base de hipoclorito de sodio o ácido clorhídrico, los cuales son tóxicos.

La respuesta a esta situación estriba en la separación eficaz de la basura, para lo cual se requiere un doble esfuerzo. En general, apenas sabemos que la basura se divide en orgánica e inorgánica; lo cierto es que al menos debe sumarse una tercera categoría para estos efectos, que corresponde a material inorgánico que requiere un tratamiento especial por tratarse de residuos peligros.

El doble esfuerzo consiste en la difusión que las autoridades ambientales deben hacer de manera intensiva para dar a conocer prácticas mínimas de separación correcta de desechos.

El segundo estriba en la apropiación de una cultura relacionada con el manejo de La basura, particularmente de los residuos que son peligros.

Hay casos exitosos de personas que viven en condominio, cuyos administradores se han capacitado para disponer de módulos o recipientes apropiados en las zonas destinadas a la basura. No pasa igual en el caso de casas unitarias, toda vez que estrictamente se depende de la voluntad e interés de los propietarios o inquilinos para que asuman una nueva cultura relacionada con el manejo de los desechos, específicamente de los residuos peligrosos.

Y es aquí, en estos esfuerzos, donde se camina lento, pues a pesar de que está prácticamente lista la norma alusiva a la separación obligatoria de la basura, las autoridades han decidido aplazar su entrada en vigor dizque para que la gente se familiarice con esta tarea. Pero siendo como somos, sucede que estas pausas lo único que provocan son el desinterés, a menos que venga con agresividad la campaña de información o difusión para atender tan importante tema.

Se trata de un asunto vital, como todo lo relacionado con el medio ambiente. Es un ejercicio que deberá hacerse a partir de ya de manera obligatoria y supervisada, tanto como decir que, como siempre, vamos tarde, vacilantes, a una cita importante con el planeta.


fvs10@hotmail.com

 

 

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