Por Juan Danell Sánchez ⁄ FOTO: SOStenible
Por años se dijo, y se dice, que “el agua es vida”; totalmente cierta esta afirmación, pero hoy día se debe aderezar con una premonición no muy lejana, visto esto con base en acontecimientos recientes; el agua será la “moneda global”, para desgracia de la humanidad.
Y esto se debe a que las grandes empresas multinacionales embotelladoras del vital líquido se están apoderando del agua dulce, ante la complacencia de los gobiernos, incluido el de México, violentando toda reglamentación, leyes y regulaciones locales e internacionales, en detrimento de la existencia del agua potable que abastece tanto a ricos como a pobres.
Esto lo afirmó Javier Bogantes, presidente del Tribunal Latinoamericano del Agua, aquí la entrevista.
Parece ser que al tema del agua no se le da la relevancia que tiene a nivel mundial, en algún momento va a ser la moneda global, por la forma en que se está manejando en el que las multinacionales se están apropiando de ella ¿Cuál es la posición del Tribunal ante esta situación?
Es que de ninguna forma los Estados deberían dejar el abastecimiento hídrico en manos de embotelladoras o de compañías privadas. Los Estados en América Latina y el mundo tienen la obligación de bastecer de agua potable, segura, en la calidad y cantidad necesarias para el buen desarrollo de la vida.
Para una buena vida, y dejar esto en un concepto totalmente mercantilista afecta derechos fundamentales como el derecho a la vida, a la salud y el propio derecho al agua, que también está concatenado con todos los anteriores.
Estamos viendo con mucha preocupación que en América Latina está sucediendo, no en todos los gobiernos, pero sí en la mayoría, de que se está descuidando la potabilidad del agua. Esto lleva a que la contaminación de las fuentes hídricas que son muy dañinas para la población y muy costosas para el Estado, y no se está invirtiendo lo necesario en el abastecimiento hídrico seguro a la población.
Por ello, hay trasnacionales que se están aprovechando de esta situación de vacío, desde el punto de vista gubernamental. No es que consideremos que el agua embotellada es nociva, pero eso debe ser una elección de cada persona: si no le gusta el agua porque le sabe a cloro, por ejemplo.
Pero no tienen que estar obligados a consumir agua embotellada, porque al contrario se van a padecer enfermedades si el agua no trae la vida y la salud, puede traer la enfermedad y la muerte.
¿Es cierto que se va a acabar el agua dulce en el mundo?
Eso depende mucho. Hay sectores que ya tienen graves problemas. Todo depende de las políticas, de varios factores; el calentamiento global es una realidad. Hay factores naturales como los huracanes que contaminan acuíferos y causan muchísimos problemas, y si o hay previsión puede suceder que una gran ciudad como la de México, se quede sin agua.
Debe haber una previsión fundamental de parte de los gobiernos en caso principalmente de emergencias, pero también el estrés hídrico que padecen normalmente varios países en América Latina, como son Perú, El Salvador, México, Haití, no se causa porque no haya agua, se causa porque las políticas de desarrollo y de gubernamentales hacen que el agua se vaya agotando y deteriorando.
Ese deterioro continuo de las fuentes de agua, vean como se han convertido los ríos en cañales y cloacas. Cosa que, por ejemplo, ríos importantes en Europa se convierten en lugares de recreación y descanso.
Y aquí, en México, tenemos casos como el Río Atoyac, donde está ese afluente una de las ciudades más bellas del mundo, y se convierte en un carcañal y en una cloaca. Entonces depende muchísimo de las políticas y el desarrollo de cómo estas políticas se dan.
¿De cuánto es el déficit de la inversión para rescatar esas afluentes?
Es un dato difícil de calcular. Pero lo que sí es importante es entender que el estrés hídrico en realidad no es algo que surge por la falta de agua, sino por las malas políticas que se implementan en los gobiernos.
¿Cuáles son las principales empresas multinacionales que se están apoderando del agua?
Es de dominio público: son las embotelladoras Coca Cola, Nestlé, Pepsi Cola, son las compañías que se están abasteciendo de agua potable, junto con algunas nacionales, pero el tema general es que esta tendencia se da y el problema no está en que el agua se acabe, el problema es cuando los Estados dejan a los ciudadanos dependiendo de este mercado.
En el caso de las grandes multinacionales agrícolas y pecuarias, ¿cuál es su importancia en este contexto en el que se apropian del agua de ríos y presas, para producir alimentos?
Eso tiene que ver con lo que es el concepto de los gobernantes de América Latina, que lastimosamente, no importa que son de izquierda o derecha, desde el punto ambiental y del agua han venido dejando con medidas muy cortoplacistas, afectando el territorio, la tierra y el agua, con mega-proyectos como la soya, palma africana, minería, inmobiliarias que a veces se construyen y n siquiera hay que las compra; hay diferentes causas que están deteriorando las mantos hídricos y cuerpos de agua.
¿En una escala del 1 al 10, qué tan grave es esto de la escasez del agua en América Latina y este vacío que dejan los gobiernos qué tanto afectan el abasto del vital líquido, particularmente en México?
Es difícil decirlo en América Latina, pero sí hay países que tienen más problemas que otros. Por ejemplo, en sectores y regiones; pero en México, del 1 al 10, la problemática está en 4. Sólo el hecho de que la población depende del agua embotellada es una cuestión bastante evidente y las denuncias que se están presentando constantemente.
Hay países como El Salvador, algunas regiones de Nicaragua, Perú, regiones del Noreste de Brasil, que están instituciones bastante comprometidas con todo lo que es el agua para las futuras generaciones.
¿América Latina es la reserva de agua más importante para el futuro del mundo?
Bueno, 46% del agua mundial está en América Latina y lastimosamente mucha de esta agua se está convirtiendo en aguas negras porque no hay un cuidado adecuado de las aguas superficiales y el 88% de las aguas residuales de las industrias y agrícolas no se tratan.
¿En el caso de México?
Entra en esos porcentajes, aunque hay inversiones importantes en México para el tratamiento de aguas negras. Pero es demasiado la producción de esas aguas residuales sin control, están contaminando ríos, como el Atoyac, también en Oaxaca.
¿Este problema es más del Gobierno o también de las empresas?
Los que tienen el encargo de la protección y regulación en materia de aguas residuales y suministro de agua potable, son los gobiernos. Los tratados de libre comercio han perjudicado en la medida que se dan más impactos y más efectos, y sí estos tratados no tienen una regulación debida desde el punto de vista de la legalidad y de los reglamentos, por supuesto que los problemas se agravan.
¿Y las empresas?
Ellas se manejan con una lógica de costo beneficio y el tratamiento de las aguas residuales es muy costoso y si no los obligan, no lo hacen. El papel de los gobiernos es ese, obligarlas a cumplir con ese tratamiento.
¿En México el Gobierno se ve sometido por las empresas?
Dependiendo de las situaciones, pero es evidente que hay regiones donde las empresas están teniendo toda la luz verde para hacer lo que quieran en esta materia.
Es un problema complejo, pero todo se soluciona o se puede solucionar si hay un cumplimiento de las normativas legales y tener el compromiso de proteger la salud pública, el derecho humano al agua y trabajar por los derechos humanos. Si no se cuida el agua se afectan los derechos fundamentales e inclusive los constitucionales, como el derecho a la vida y a la salud.
¿Hay políticas públicas lo suficientemente rigurosas y necesarias para evitar este problema en México, de la contaminación del agua?
El problema en América Latina no es que no haya marco legal, lo hay en todos los países. Aquí el derecho al agua está, pero el problema es la aplicación de las leyes y por eso existe el Tribunal Latinoamericano del Agua, porque la legalidad no está funcionando.
Hay una crisis de legalidad que conlleva a una crisis hídrica.
Y esto va a crear una crisis mundial, que de hecho ya existe…
Bueno, en Europa no tanto.
Hablamos de enfermedades que se diseminan por el mal tratamiento de las aguas, como el zika, dengue y chiconcuya…
Se originan en el mal tratamiento del agua, efectivamente, y sumado a algo que ya es una realidad que es el cambio climático.
Así concluye la entrevista y queda un sabor a incertidumbre, por las seguridades que se pudieran exigir sobre el abasto y preservación del vital líquido.