La locura antiinmigrante de Trump, un balazo en el pie para la economía de EU

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Por Juan Danell Sánchez

Cada minuto al menos un mexicano intenta cruzar la frontera con Estados Unidos. Éste es un fenómeno complejo en el que los gobiernos de ambos países no han llegado a acuerdos concretos y sobre el que pesa la amenaza disparatada del candidato por el Partido Republicano a la presidencia del vecino país del Norte, Donald Trump, de acabar con la migración violentamente.

Al parecer Trump ignora que ya en 2010 radicaban en la Unión Americana alrededor de 11.9 millones de mexicanos. Cifra que se eleva a 33 millones si se le suma la población de origen nacional, lo que coloca a México como el país de mayor inmigración en aquel país, incluso por encima de grandes regiones del mundo como Asia, Europa y el resto de América Latina. En la actualidad, los mexicanos representan el 4% de la población total de USA y alrededor de 30% de la población inmigrante.

Este fue el tema de la entrevista con Álvaro López Ríos, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), qué de entrada precisa que en lo que va del Gobierno de Barak Obama nos han regresado a tres millones de migrantes (375 mil anuales), con la voz cómplice del Gobierno de México que no ha protestado en ningún foro internacional, ni ha tenido una propuesta decorosa frente a su contraparte de Estados Unidos, por todas las redadas que han hecho, cárcel, maltrato y deportación de connacionales. Antes de Obama el promedio de deportación era de 200 mil mexicanos por año. Lo lamentable en esto es que hay violaciones de derechos humanos y laborales que el gobierno mexicano es cómplice con su silencio.

El problema de la migración rural y urbana de México se agrava con la postura racista y antiinmigrante de Donald Trump, candidato a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano ¿Cómo repercute esto en el campo mexicano?

La estupidez humana no tiene límites y esta posición antiinmigrante de Donald Trump nos parece demasiado extremista e inusual, porque tocar al gigante migrante que tenemos en Estados Unidos va a ser imposible. El día que los Estados Unidos se queden sin migrantes, su economía entrará en una grave crisis, pero además, desde ahora hay voces que se están alzando en rechazo a esta posición del candidato republicano, porque no puede operar el vecino del Norte sin mano de obra barata, y esa la dan los trabajadores migrantes.

Es decir, un puntal muy importante de la economía y producción americana son los migrantes, sin ellos la economía norteamericana se derrumba.

¿Cuánto aportan?

La aportación en términos de producto interno bruto de migrantes latinos, no sólo mexicanos, debe ser entre 8% y 12% del PIB de Estados Unidos. De tal manera que lo que plantea este estúpido (Trump) no va a prosperar, porque no todos los empresarios, ni todos los empleadores piensan como él.

Además, es sabido que la mano de obra inmigrante latina es mal pagada, no se ocupan de la seguridad social y eso les genera un plus a los empleadores y a la economía. Este asunto de las migraciones se ha convertido en un problema humanitario de carácter internacional.

La falta de crecimiento económico, con la falta de desarrollo de los países, que no generan suficiente empleo y el que hay está mal pagado, genera migraciones. Las violencias ocasionadas por las confrontaciones ideológicas y políticas en Asia, África, generan migraciones. La pobreza y la marginación en América Latina, y ahora la violencia proveniente de la delincuencia y el narcotráfico, genera migraciones.

Entonces, no sólo es un problema laboral, es de carácter humanitario y se está viendo como tal en organismos internacionales como la ONU y la OIT. Es por ello que en el plano internacional los países expulsores de mano de obra migrante y los países receptores destinatarios de esas migraciones tienen que ponerse de acuerdo en un plan de desarrollo mundial, que establezca un programa generador de empleo y arraigo, revaloración de las producciones nacionales, seguridad en los países expulsores y en los países receptores, esa tiene que ser la alternativa: un acuerdo mundial del tratamiento de las migraciones.

No sólo el levantamiento de muros, el señor éste Trump, ignora que ya Estados Unidos construyó un muro infranqueable y que hay una campaña permanente de expulsión. La etapa de Gobierno en que más mexicanos y latinos se han expulsado de ese país, es la de Barak Obama.

Por ello extremar las cosas generaría un conflicto social en los Estados Unidos, porque también hay voces que han empezado a protestar y a organizarse.

¿A los empresarios no les conviene esto?

No, por supuesto que no. Pero además ya hay organización civil, en el marco de los derechos civiles; hay todo un movimiento que se le va a revertir en un tsunami a Trump, que además extrema la tontería diciendo que los mexicanos tendremos que pagar el muro que pretende levantar en la frontera, pero ya lo pagaron ellos, pues tienen militarizada la frontera, ya no pueden hacer otro.

Trump está loco y en su locura lo que va a provocar va a ser la derrota de él y su partido.

En la reestructuración mundial y nacional para detener la excesiva migración ¿Cuánto tiempo puede llevar esto?

El capitalismo en su fase superior, que es la aplicación de un modelo económico de carácter neoliberal está cavando su tumba y sin duda que, a nivel internacional, este modelo ha mostrado una clara tendencia al fracaso en el terreno económico y esto traerá consecuencias en las formas de gobierno y en los modelos de desarrollo acordes a las características de cada país.

En México, está visto que este modelo económico requiere de variantes que permitan reactivar la planta productiva y una nueva ingeniería de la planta industrial, a una política de desarrollo nacional que signifique empleos, seguridad y crecimiento, en beneficio de la población hoy desocupada o emigrada, de tal manera que aunque los gobiernos no quieran apartarse de los dictados que hoy obedecen del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, ya hay voces en éste último que dicen desde hace una década, que la mayor amenaza para las democracias no es la disputa política o ideológica, sino la pobreza y la marginación.

Si este fenómeno lo analizan así, quiere decir que llegará el momento en que se verán obligados a buscar variantes que permitan crecimiento y desarrollo económico y por lo tanto generación de empleo y seguridad social para la población nacional. Esa es la única vía, no hay otra.

¿Y mientras qué se hace, por ejemplo, ustedes como organizaciones?

En nuestro caso, estamos atendiendo, en una dirección ascendente, cada vez a más mexicanos. El año pasado (2015) atendimos a 90,000 campesinos en distintas demandas y proyectos productivos y de vivienda. Este año (2016) estimamos atender a 200 mil. Y si nos preguntamos ¿Por qué una creciente población se acerca a la atención de la UNTA? La razón es porque somos una organización que da resultados y empodera a los campesinos, indígenas y productores. Y porque manejamos estándares importantes de eficiencia y transparencia, lo que permite generar bienestar y mejorar el nivel de vida, que es a lo que aspira la población rural.

Estamos construyendo un modelo de éxito de desarrollo rural en las comunidades, ejidos, colonias, que hoy quieren ser atendidos por nosotros. Pero, además, estamos educando a la gente para que se organice y aprenda a gestionar y luchar por sus derechos.

¿A los ojos del Estado, cómo ven lo que ustedes hacen?

Hay un reconocimiento en el plano privado –además hay evaluaciones de la FAO sobre nosotros, del éxito que tenemos- donde el Gobierno acepta que somos la mejor organización que promueve y ejecuta desarrollo rural para alcanzar justicia y bienestar; en público, el discurso es distinto y las actitudes son distintas, porque somos una organización que está enterrando los vestigios de corporativismo en el campo.

Es decir, las organizaciones tradicionales corporativas están en crisis y decadencia, su derrumbe ya no lo para nadie, y por ello les preocupa que la UNTA no es una organización corporativa, ni filial de algún partido. Generamos independencia y autonomía, y eso le preocupa al Gobierno federal que quiere una relación de manipulación y clientelismo, en la que nosotros no caemos.

¿Cómo incide el trabajo de ustedes en el fenómeno de la migración rural?

Los logros que hemos obtenido, vemos que arraigan a la gente en sus lugares de origen. De hecho, el trabajo que hacemos atrae a quienes han migrado, porque cuando ven que sus familiares que están en sus pueblos tienen un proyecto que les da seguridad para trabajar la tierra y obtener un ingreso, pues se regresan.

Sí se puede…

Sí, claro que sí se puede.

¿A nivel políticas públicas?

Nosotros lo estamos haciendo y ese es un ejemplo de ello. El Gobierno amparado con la limitación de recursos y sobre todo frenado por los índices de corrupción que hay, tienen poco criterio para aplicar bien los recursos y eso impide que exista una política que fomente el regreso de connacionales para integrarse a la familia y a la producción del campo.

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