Bancos multilaterales crecen apoyos para transporte sostenible

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El transporte constituye una pieza importante de la solución climática, es responsable de 23% de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía, y la demanda de servicios del sector va en aumento.

Los países comprenden más que nunca que deben acelerar sus esfuerzos por mitigar las emisiones originadas por el transporte. Existe, además, una conciencia cada vez mayor sobre la necesidad de integrar la capacidad de adaptación al cambio climático en los sistemas de transporte.

Los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) unen sus fuerzas para apoyar a los países en desarrollo que implementan compromisos relacionados con el sector en el contexto de las negociaciones sobre el cambio climático.

La ciudad nigeriana de Lagos es la sexta metrópolis más grande del mundo. También es la que está creciendo más rápidamente y una de las más congestionadas del planeta. Para sus habitantes, el desplazamiento puede ser un serio desafío. Hasta hace poco, las opciones de transporte para llegar al trabajo eran pequeños minibuses (danfos) o minibuses más grandes (molues). El tráfico era malo y el transporte caro.

Con financiamiento del Banco Mundial y el Organismo Francés de Desarrollo, la Autoridad del Transporte Metropolitano de Lagos (LAMATA) diseñó y creó el primer sistema de transporte rápido por autobús (BRT, por sus siglas en inglés) en África.

Su objetivo fue mejorar la eficiencia del transporte urbano y, al mismo tiempo, reducir las emisiones. El sistema BRT tuvo más éxito de lo esperado y ha transportado en los últimos cinco años de funcionamiento a más de 400 millones de pasajeros.

Según LAMATA, se constató una reducción de 13% de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte en las zonas del proyecto, gracias al uso de los autobuses y la disminución de los viajes de los vehículos particulares. Además, se observó una baja de 20% de los accidentes viales en esas áreas.

La ecuación transporte-clima

Abastecer la demanda cada vez mayor de servicios de transporte es un desafío que enfrentan tanto los países desarrollados como en desarrollo. Al mismo tiempo, el transporte representa 23% de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía y, por lo tanto, es un importante factor que impulsa el cambio climático.

Una complicación adicional para la ecuación transporte-clima es que los sistemas de transporte que no puedan soportar los nuevos impactos del cambio climático resultarán onerosos.

Impondrán costosas obras de mantenimiento y reparación; limitarán el acceso de las comunidades a los puestos de trabajo, las escuelas y los hospitales, y provocarán grandes pérdidas económicas. Garantizar la capacidad de adaptación al cambio climático de las inversiones en transporte también es fundamental para permitir que otros sectores se recuperen rápidamente después de los desastres naturales y las crisis relacionadas con el clima.

Sin embargo, el otro lado de la ecuación, como lo ilustra el ejemplo del BRT de Lagos, es que las soluciones de transporte inocuas para el clima son también las que sirven a los miembros más pobres y vulnerables de la comunidad, debido a que son menos costosas y suelen ofrecer un mejor acceso que otros medios.

Es menos probable, por ejemplo, que las mujeres posean y usen un automóvil y más probable que caminen o usen el transporte público como su principal modo de transporte.

Al eliminar los automóviles o los minibuses de las carreteras, los BRT, los Metros y los trenes también mejoran la seguridad vial. Y lo más importante es que, aunque las inversiones actuales en transporte sostenible pagarán dividendos económicos, sociales y climáticos para las presentes y las futuras generaciones, también es cierto lo contrario: las actuales inversiones en un transporte con altas emisiones de carbono “encerrarán” a los países y las ciudades en vías de desarrollo insostenibles.

BMD listos para apoyar compromisos de transporte de COP21

Este mensaje no ha quedado en letra muerta. Antes de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas en París (COP21), una cantidad significativa de gobiernos se comprometieron, a través de sus contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés), a seguir invirtiendo en transporte inocuo para el clima.

Benin, por ejemplo, prometió como parte de sus INDC mejorar el flujo del tránsito en las grandes ciudades, desarrollar un sistema de transporte fluvial lacustre a partir de los ríos navegables, y modernizar y ampliar su infraestructura ferroviaria. Bangladesh identificó como posible acción de mitigación empezar a usar las vías férreas en vez de las carreteras, a través de sistemas de metro y de transporte rápido por autobús en las zonas urbanas. También mencionó reducir la congestión del tráfico, mediante la construcción de autopistas y la adopción de medidas en materia de transporte público.

«La comunidad internacional, los Bancos multilaterales de desarrollo, y otros actores del sector de transporte necesitan incrementar su apoyo a los países en vías de desarrollo para afrontar el impacto del cambio climático y reforzar la resistencia del sector a ese impacto. La COP21 resulta una oportunidad única para alentar inversiones y modelos de negocios sostenibles en el sector de transporte.»

Para apoyar estos compromisos, los ocho bancos multilaterales de desarrollo se comprometieron a aumentar la asistencia financiera y técnica a los países que implementen soluciones de transporte sostenible.

El compromiso es triple

  • Financiamiento climático: en el otoño de 2015 en el hemisferio norte, los bancos multilaterales de desarrollo se comprometieron a incrementar de manera significativa su financiamiento para la adaptación y la mitigación. En esa ocasión, el Banco Mundial se comprometió a aumentar su financiamiento para el cambio climático posiblemente a USD 29,000 millones (dólares estadounidenses) anuales. El transporte desempeñará un papel clave en la implementación de ese compromiso.
  • Soluciones de transporte con bajo nivel de emisiones de carbono: los BMD fortalecerán su énfasis en soluciones de este tipo y continuarán armonizando instrumentos y sistemas de medición para evaluar las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte.
  • Adaptación: los BMD elaborarán en forma conjunta un enfoque sistemático para incorporar la capacidad de adaptación al cambio climático en las políticas, los planes y las inversiones del sector del transporte.

Informe de BM sobre adaptación del transporte

En su declaración sobre el transporte, los BMD hacen hincapié en la importancia de mejorar la capacidad de adaptación al cambio climático de los sistemas de transporte, y se comprometen a crear conciencia sobre la importancia crítica de proteger los servicios de éste para que puedan seguir ofreciendo beneficios sociales y económicos en los escenarios actuales y futuros del cambio climático.

En una nueva publicación titulada “Moving Towards Climate-Resilient Transport” (El avance hacia un transporte con capacidad de adaptación al cambio climático), el Banco Mundial señala que, si bien los países están invirtiendo masivamente en infraestructura de transporte –que se calcula en USD 1.4 trillones a USD 2.1 trillones anuales a nivel mundial–, pocos países en desarrollo han elaborado hasta el momento un enfoque sistemático para incorporar la creación de capacidad de adaptación en el sector.

El Banco Mundial ha colaborado con los países clientes para garantizar que los planes y las inversiones en el sector del transporte sean sólidos frente a los cambios del clima presentes y futuros. Por ejemplo, el Banco Mundial realizó en Marruecos un estudio sobre la adaptación del sector del transporte al cambio climático y evaluó la vulnerabilidad de los tramos viales; y en la ciudad de Can Tho (Viet Nam), analizó los costos de las tareas de transporte desde zonas inundadas.

En colaboración con los BMD y otros actores clave de la comunidad del transporte, el Banco Mundial se ha comprometido ahora a aumentar los recursos y los conocimientos especializados que entrega a sus clientes para que puedan integrar el análisis del cambio climático en los planes y las inversiones en el sector del transporte, y mejorar de este modo la capacidad de recuperación frente al cambio climático a nivel local y nacional.

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