ILUSTRACIÓN: OCDE
La OCDE, en conjunto con la Unión Europea, acaba de poner en marcha una base de datos en la que se analiza y se compara el estado de la vivienda asequible en los países pertenecientes a la Organización y a la Unión Europea.
La Affordable Housing Database (http://www.oecd.org/social/affordable-housing-database.htm) incluye 24 indicadores que cubren tres temas principales: el contexto del mercado de la vivienda, las condiciones de esta y las políticas públicas para lograr una vivienda asequible. Algunos indicadores son los siguientes: beneficios fiscales para los propietarios de las viviendas, subsidios para la vivienda, gasto público para apoyar viviendas de alquiler económico, estimados de la población sin hogar y costos de vivienda respecto a los ingresos.
En la base de datos se revelan los retos que los países afrontan para ofrecer vivienda asequible, factor de enorme importancia para reducir la pobreza y aumentar la igualdad de oportunidades, la inclusión social y la movilidad. El costo de vivienda constituye la partida individual de gasto más alta del presupuesto familiar y representa una gran carga financiera para las familias de bajos ingresos de muchos países.
En promedio, en los países de la OCDE, cerca de 15% de los arrendatarios y 10% de quienes están pagando una hipoteca gastan más de 40% de su ingreso disponible en costos de vivienda (lea el documento de trabajo aquí). El porcentaje es mucho mayor para quienes perciben ingresos bajos: alrededor de 40% de las familias de bajos ingresos gastan más de 40% de sus ingresos, tanto en el caso de los que pagan una hipoteca como en el de los arrendatarios del sector privado. En Croacia, Chile, Grecia, Portugal, España, el Reino Unido y Estados Unidos, más de la mitad de las familias en el quintil más bajo de la distribución de ingresos gastan más de 40% de su ingreso disponible en alquiler.
Otra preocupación es la falta de espacio habitable suficiente, pues el hacinamiento en los hogares causa efectos negativos en la salud y en el rendimiento de los niños. En casi todos los países, la tasa de hacinamiento aumenta a medida que baja el ingreso familiar. En Hungría, México, Polonia y Rumania, las tasas de hacinamiento entre las familias ubicadas en el quintil más bajo son mayores en más de 40% de las familias. En cambio, en los países de habla inglesa, Bélgica, Estonia, Malta, Chipre, Corea, Japón, los Países Bajos, Portugal, España y Suiza, menos de una de cada 10 familias de bajos ingresos vive en condiciones de hacinamiento.
En términos de las políticas vigentes para lograr una vivienda asequible, los subsidios para vivienda constituyen uno de los instrumentos más utilizados. El gasto público en subsidios para la vivienda del Reino Unido es, por mucho margen, el más alto (1.4% del PIB), seguido por los de Francia y Finlandia. En Dinamarca, Alemania, los Países Bajos, Nueva Zelanda y Suecia, el gasto público en subsidios para vivienda es de cerca de 0.5% del PIB, en tanto que en Australia, Austria, Bulgaria, Croacia, la República Checa, Irlanda, Japón y Estados Unidos oscila entre 0.1% y 0.3% del PIB.