GRÁFICA: OCDE
Según un nuevo reporte de la Organización, hay que realizar nuevas reformas en los países de la OCDE para mitigar los efectos del envejecimiento de la población, la creciente desigualdad entre los ancianos y el carácter cambiante del empleo.
En Pensions at a Glance 2017 se afirma que el gasto público para pensiones en la OCDE en su conjunto aumentó cerca de 1.5% del PIB desde 2000. Sin embargo, el ritmo proyectado del crecimiento del gasto bajó considerablemente.
Al mismo tiempo, las reformas recientes disminuirán los ingresos de muchos futuros pensionados. La mayor esperanza de vida significa que la edad efectiva de jubilación deberá incrementarse de modo que las personas trabajen más tiempo para conseguir una pensión digna.
“Los retos de la sostenibilidad financiera y la suficiencia de las pensiones significa que los países deberán aún emprender medidas enérgicas”, dijo Angel Gurría, Secretario General de la OCDE. “El mundo laboral cambia con rapidez y es fundamental que los formuladores de políticas se aseguren de que las decisiones que tomen hoy tengan esto en cuenta para que nadie se quede rezagado al jubilarse.”
La tasa de reemplazo neta de los planes obligatorios de pensión para los trabajadores de salario promedio con carrera laboral completa que ingresan al mercado laboral hoy equivale a 63% en promedio en los países de la OCDE, y oscila entre 29% en el Reino Unido y 102% en Turquía. Las tasas de reemplazo para los trabajadores de salario bajo son 10 puntos más altas en promedio, y oscilan entre menos de 40% en México y Polonia, a más de 100% en Dinamarca, Israel y los Países Bajos.
Durante los dos años pasados, un tercio de los países de la OCDE cambió sus niveles de aportación, otro tercio modificó los niveles de prestaciones para todos o algunos de los jubilados y tres países promulgaron nuevas regulaciones para incrementar la edad de retiro reglamentaria. En 2060, la edad normal de jubilación se incrementará en alrededor de la mitad de los países de la OCDE, 1.5 años para los hombres y 2.1 años para las mujeres en promedio, ubicándose ligeramente por debajo de los 66 años de edad. La edad futura de jubilación oscilará entre los 60 años en Luxemburgo, Eslovenia y Turquía y los 74 en Dinamarca, según las últimas estimaciones.
El aumento proyectado en las edades de jubilación será excedido, por los avances esperados en la longevidad lo que significa que, en promedio, el tiempo que las personas viven como jubiladas aumentará en relación con su vida laboral. Según el informe, habrá que incrementar el empleo en edades avanzadas para garantizar pensiones adecuadas para muchas personas.
En Pensions at a Glance 2017 se analiza también las maneras en que los países pueden atender las crecientes exigencias de opciones de jubilación más flexibles. Fijar edades de jubilación con rigidez puede no resultar beneficioso para la sociedad en su conjunto. En la actualidad, solo alrededor de 10% de los europeos de 60 a 69 años de edad combinan el trabajo y la pensión. De aquellos que en efecto trabajan después de los 65 años, la mitad lo hace de tiempo parcial, porcentaje que se ha mantenido estable desde la década de 1990. Varios países, como Australia, la República Checa, Francia y los Países Bajos, ofrecen planes de jubilación parcial temprana.
Hay obstáculos para combinar el trabajo y la pensión después de la edad de jubilación oficial, por ejemplo, mediante límites de ingresos en Australia, Dinamarca, Grecia, Israel, Japón, Corea y España. También hay obstáculos para la jubilación flexible fuera del sistema de pensiones, en especial mediante la discriminación por edad por parte de los empleados o la aceptación cultural del trabajo de tiempo parcial.
En general, para las personas con una carrera laboral completa, la jubilación es más flexible cerca de la edad respectiva en Chile, Estonia, Italia, México, Noruega, Portugal, la República Checa, la República Eslovaca y Suecia.
Los formuladores de políticas tendrán que asegurarse de que posponer la jubilación sea suficientemente satisfactorio y que no se penalice en exceso a las personas que se jubilan unos años antes de la edad normal de retiro. En Corea, Estonia, Islandia, Japón y Portugal, los incentivos financieros para seguir trabajando después de la edad de jubilación son grandes pero costosos para los proveedores de pensiones. La flexibilidad tendrá que condicionarse a garantizar el equilibrio financiero del sistema de pensiones, ajustando las prestaciones de jubilación por la vía actuarial en concordancia con la edad de jubilación flexible.
Pensions at Glance 2017 contiene indicadores comparativos de los sistemas nacionales de pensiones de los 35 países de la OCDE, así como de Arabia Saudita, Argentina, Brasil, China, la Federación de Rusia, India, Indonesia y Sudáfrica.
Se cuenta con notas de país de Alemania, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, el Reino Unido y Suiza.
En un informe reciente de la OCDE, Preventing Ageing Unequally, se analiza también el impacto del aumento en la desigualdad y el envejecimiento de la población. Se detectó que las generaciones jóvenes afrontarán mayores riesgos de desigualdad en la ancianidad que los jubilados actuales y para las generaciones nacidas a partir de la década de 1960, su experiencia en la vejez cambiará radicalmente. Más información disponible en http://oe.cd/pau2017.